PEDRO MARCET, Presidente del FIAP.

“El primer FIAP al cual asistí como invitado se organizó en Rosario de la mano de Alberto Gollán y Osvaldo García Conde, que eran los dos factotums del festival por aquel entonces. El festival se llamaba Festival Hispano Luso Americano y era un producto que desarrollaba un medio importante del interior como es Canal 3 de Rosario. Yo diría que era la gran fiesta de la publicidad argentina. Por aquel entonces no había gráfica, era exclusivamente televisión y los comerciales se exhibían en un cine en la avenida principal rosarina. Ese año la gran fiesta –que por entonces era de etiqueta, ellas de largo y ellos de esmoquin- se hizo en los túneles del ferrocarril de la ciudad, con dos orquestas en vivo. Es gracioso porque recuerdo que en la foto de los diarios se ve a Gollán en primera fila y a mí detrás, y en ese momento ni pensaba yo que íbamos a tener una relación comercial, sólo éramos amigos. La fiesta fue impresionante y recuerdo que cuando salimos había carritos de pochoclos con manzanas acarameladas, un toque simpático para una noche de gala.
Años más tarde, Gollán decidió pasarle el festival a la Comunidad Iberoamericana de la Comunicación (CIBER), de la cual él era presidente y yo vicepresidente. Y allí comenzó una relación muy interesante entre nosotros. El FIAP, además, se convirtió en un festival itinerante: se hizo en España, Costa Rica, Uruguay... hasta que en 1989 Gollán y yo nos hicimos cargo del festival por completo –en mi caso, como director general- y la sede se instauró en Buenos Aires definitivamente. A partir de ese momento, el FIAP comenzó a crecer y a alcanzar un posicionamiento que no hubiésemos soñado nunca.
Soy un enamorado de la publicidad y del poder de las marcas. Ahora hablamos de estrategias de comunicación y de muchas cosas, pero creo que el producto más fabuloso que se inventó en la publicidad es el comercial de televisión, en donde en 30 segundos se puede contar una historia. Y en esto destaco siempre que, dentro de la capacidad de los creativos, lo más importante es el poder de síntesis”.